Cuando una gallina o cualquier otra ave pone un huevo, el huevo permanece del mismo tamaño (a pesar de que el polluelo en el interior está creciendo hasta que esté listo para salir del cascarón). Sin embargo, el huevo de serpiente crece junto con la serpiente no nacida en desarrollo dentro del huevo.
La cáscara de un huevo de serpiente no es duro como el de un pájaro, es suave y de cuero, para que pueda crecer y ampliarse junto con la la serpiente que crece dentro del huevo. ¡Algunos huevos son un tercio más grandes al momento de eclosionar de lo que eran cuando se pusieron!
La serpiente bebé desarrolla dentro del huevo un diente afilado en su mandíbula superior. Cuando llega el momento para que el huevo haga la eclosión, la serpiente bebé utiliza este diente para rasgar la concha de cuero. A continuación, se desliza hacia fuera. Poco después, el diente se cae, el cual nunca vuelve a crecer de nuevo.
Si dejas caer un huevo de la serpiente, si no se rompe, es probable que rebote!
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